Las épocas de mayor esplendor de nuestra vida son aquellas en las cuales reunimos el valor suficiente para declarar que lo malo que hay en nosotros es lo mejor de nosotros mismos. - Friedrich W. Nietzsche.

viernes, 31 de enero de 2014

La fuente del mal.

Según el filósofo cristiano San Agustín de Hipona, Dios ha creado el mundo y todos sus elementos, a partir de la nada, es decir, Dios es causa única de todo ser. Al hablar de la creación del mundo podemos hablar de su enorme complejidad, de su belleza, de los entresijos y los engranajes de cómo funciona el cuerpo humano, los seres vivos, la infinidad de especies que habitan el planeta... pero también debemos hablar del mal.

El mal es algo inevitablemente intrínseco al mundo, y por tanto, a quien quiera que haya sido su creador. ¿Qué es el mal? Según San Agustín, el mal no proviene de Dios, sino que es producido por los hombres cuando abusan de su libre albedrío. Así, todos los seres en cuanto seres son buenos, y solo existirá el bien. El mal es por tanto privación de bien. San Agustín libra así a Dios de cualquier acusación que le puedan plantear los hombres. Es lógico que un creyente que ve como su vida se vuelve contra él una y otra vez se pregunte por qué su Dios le estará castigando de esta manera.

La respuesta que da San Agustín a esto es que Dios y todo lo creado por el es bueno, pues Dios es la Bondad y el Ser Verdadero. Por tanto el pecado no puede ser obra de Dios. El pecado procedería del hombre en el mal uso de su libertad.

Ahora bien, dejando a un lado las preguntas de los tan devotos fieles sobre los acontecimientos fatigosos de su día a día, hablemos de otro tipo de mal:

"Entre los siglos VIII y IX se desata en el Imperio Bizantino la lucha iconoclasta. Literalmente, la palabra iconoclasta significa “destrozador de imágenes sagradas”. Esta palabra se ha usado para designar a los enemigos fanáticos del uso y culto a las imágenes.

Se condena el uso de las imágenes en la iglesia con el pretexto de que se puede caer en el error de la idolatría; en el año 729 se desencadena la lucha cuando los partidarios del Emperador destruyen una famosa imagen de Cristo provocando con esto una reacción popular. Se destruyen muchas imágenes, se cortan las manos a los pintores de iconos, se produce una persecución con destierro, prisión, tortura y martirio a los defensores de los iconos."

Supongo que todos, ateos y creyentes, coincidimos en que una guerra es una expresión del mal. Esta guerra, ¿dónde tiene su origen? ¿No son acaso fieles, creyentes, devotos, peleándose los unos contra los otros, luchando por una causa cuyo único origen es la religión?

Las guerras iconoclastas son sólo un ejemplo de cómo la religión puede ser origen del mal. Quizás San Agustín me respondiese que Dios no es responsable de ello, pues son los hombres quienes construyeron las religiones y su fanatismo, pero la realidad del momento es que hoy en día se siguen cometiendo atrocidades en defensa de la religión. Puede que no sea la cristiana, pero aún así sigue siendo imperdonable.

La religión provoca más problemas de los que resuelve.

P. Ducay.












 

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