"En matemáticas, se le llama asíntota a una línea recta que se aproxima continuamente a otra función o curva; es decir que la distancia entre las dos tiende a ser cero (0), a medida que se extienden indefinidamente."
En la ontología tomista el concepto de ser es fundamental. Santo Tomás entiende el ser de la manera más universal posible, considerando que todo lo que existe o puede existir, es ser. La realidad que explica el aquinate es que existen muchos seres y muy distintos y variados. Esto nos lleva a conocer que hay una jerarquía entre los seres, y que el fundamento de dicha jerarquía se basa en la perfección. Es decir, siguiendo los criterios de simplicidad e inmaterialidad, tenemos seres más y menos perfectos que otros.
En la cumbre de todos los seres se encuentra Dios, que será el ser simplísimo, es decir acto puro. Un escalón por debajo se encontrarán los espíritus, seres compuestos de acto y potencia, y en la última escala los seres compuestos de materia y forma.
Lo que me llevó a pensar en las asíntotas cuando nos explicaron esto en clase de filosofía, fue el hecho de que, según la teoría del acto y la potencia, el ser en acto es el que tiene la existencia, y el ser en potencia, el que puede llegar a tenerla. Así, nosotros nunca llegaremos a ser acto puro, pues según Santo Tomás, solo Dios lo es. Seremos como una asíntota que se aproxima constantemente a una función, que sería Dios, pero que nunca puede llegar a tocarla.
Esto lo explica Santo Tomás defendiendo el hecho de que Dios no puede no existir, porque sin él no existiría ninguna otra criatura. Es decir, Dios es un ser necesario, mientras todos nosotros somo contingentes, prescindibles. Dios es el ser en que esencia y existencia confluyen.
P. Ducay
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